Las cosas que la tecnología puede hacer en la actualidad a veces hacen que nos echemos las manos a la cabeza y nos preguntemos el porqué y, por supuesto, el cómo. Hay tantos avances que se escapan incluso a nuestra capacidad de entendimiento, tanto para bien como para mal, porque si bien es cierto que con la tecnología se construyen armas, por ejemplo, por otro lado se devuelve la vida a pintores.
Me explico. Hace pocos días salió a la luz un nuevo cuadro pintado por Rembrant, y os preguntaréis si me he vuelto loca porque resulta que el holandés Rembrandt Harmenszoon van Rijn (Leiden, 15 de julio de 1606-Ámsterdam, 4 de octubre de 1669), como veis, murió hace casi 350 años. Pero la tecnología lo ha hecho posible.
Este pintor y grabador neerlandés fue uno de los mayores artistas barrocos de la pintura y el grabado, así como el más importante de los Países Bajos y se le sitúa, de hecho, en los que se llama la edad de oro neerlandesa, cuando eran un nación fuerte tanto en cultura como ciencia, comercio, poderío e influencia política.
Es curioso, pese a que sus cuadros son ahora de lo más cotizados en el mundo del arte, sus últimos años los vivió en la más profunda ruina y también marcados por la tragedia personal. Pero es cierto que con el paso del tiempo se ha considerado uno de los grandes maestros de la pintura y no se le olvida.
De ahí que varias entidades punteras como IGN, Microsoft, Tu Delft, Mauritshuis y Rembrandthuis se hayan unido para de nuevo hacer que este pintor vuelva a plasmar su arte, por así decirlo a través de diferentes tecnologías con las que se ha conseguido crear una composición del estilo de este reconocido artista.
Cuando ya creíamos que la pintura no podía avanzar más que en hacer composiciones perfectas que se secasen rápido o que facilitasen la labor a los pintores profesionales como los de la empresa alicantina Insa, resultan que con la tecnología han tocado también el arte, devolviendo a la vida a uno de los principales maestros de la historia.
Un trabajo muy complejo
Tratar de reproducir un cuadro no es lo mismo que hacer uno nuevo desde cero, que es lo que se ha conseguido con la tecnología para elaborar esta creación. Los autores de este trabajo se han dedicado a estudiar la pintura de este gran artista para conocer su estilo perfectamente, qué tipo de diseños solía hacer, en qué factores se fijaba a la hora de pintar o cuáles eran sus obsesiones a la hora de ponerse a trabajar sobre el lienzo.
Y esta es la otra clave en la que debemos fijarnos y valorar mucho al ver esta pintura, ya que se trata de trasladarla a un lienzo, no crear una simple lámina como las que compramos muchas veces en papel cuando visitamos los museos para traernos un recuerdo de nuestros artistas favoritos. Pues bien, los creadores de este trabajo han estudiado también los trazados de Rembrandt a la hora de pintar para conocer cómo eran sus brochazos, cuántos hacía, etc., para luego hacer una impresión en tres dimensiones y que se esta pintura se hiciese pasar de verdad y con fiabilidad por un trabajo del maestro neerlandés.