Cómo Pokémon Go cambió la vida de un niño autista

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Hace unos días conseguí que a mi madre le cambiase la idea que tiene de la tecnología. Os cuento lo que pasó. Estaba yo en mi cuarto con el ordenador entrando en la página de la tienda de ordenadores y componentes WhatsPC. Los aficionados a nuestro foro seguro que la conoceréis porque tiene muy buenos precios y es muy útil cuando quieres renovar tu máquina o actualizarla. El caso es que yo soy muy aficionado a jugar online y a disfrutar mucho de los videojuegos. Tanto que al final tuve que ponerme una televisión en mi propio cuarto porque muchas veces no les dejaba ver sus programas favoritos en el salón. Mi madre creo que esto de los videojuegos es una afición mala, que te impide socializar y que te hace una persona más huraña. Pero entonces le conté la historia de Ralphie y creo que su impresión de este tipo de juegos y de la tecnología dio un vuelco para siempre.

Y es que pese a todas las noticias que están saliendo de lo más turbias acerca del fenómeno desatado con la aparición del juego Pokémon Go, la de este niño neoyorkino es un relato enternecedor y muy bonito. Hasta ahora habíamos leído cosas como que algún chico se había colado en una propiedad privada a cazar estos animalillos o que incluso un hombre había sido dejado por su novia cuando esta se dio cuenta de que había estado cazando Pokémons en casa de su ex… Pero hace unos días la madre de Ralphie hizo que la historia de su hijo diese la vuelta al mundo a través de su post en las redes sociales donde contaba cómo este juego había cambiado la vida a su niño autista y también la relación que los padres y el entorno tenían con él.

“Esta cosa es asombrosa”, anunciaba la madre de Ralph, o Ralphie como ella lo llama, en su Facebook cuando el pequeño de los Koppelmon se descargó la aplicación y empezó a querer salir a la calle y a relacionarse con otros niños gracias a este juego que ha sacado Nintendo y con el que la empresa está rompiendo también moldes con sus ganancias en bolsa.

La madre de Ralphie escribió en sus redes sociales lo feliz que se sentía al ver a su hijo jugar en la calle con otros niños, especialmente con otro pequeño con el que se puso a comparar sus logros en el juego. “El otro niño le enseñó a Ralphie cuántos había cogido (¡más de 100!) y Ralph dijo ‘¡wooooooowww!’ y chocaron los cinco”, expresaba Lenore, la madre del pequeño autista. “Casi lloro”, dijo esta mujer, quien al parecer se había decantado por enseñarle este juego al niño después de que la m adre de otro pequeño autista se lo recomendara, y es que al parecer este no se trata de único caso ya en el que un joven de estas características se está abriendo al mundo gracias al juego.

“Es muy rígido con su rutina, pero anoche estaba feliz por cambiar las cosas e ir al parque a cazar Pokémon. ¡Estamos en shock!”. De hecho, relataba también cómo no se relacionaba únicamente con otros niños, sino también con adultos que están jugando al Pokémon Go a su alrededor y le daban consejos. “Hay uno justo a la vuelta de esta esquina, amigo, ve a cazarlo”, le decían mientras el pequeño acudía riendo al lugar dándoles incluso las gracias, algo nada habitual en el chico.

“Mi hijo autista está socializando, hablando con gente, sonriendo a la gente, verbalizando, mirando a extraños, a veces incluso a los ojos. ¡Gracias Nintendo! ¡Es el sueño de cualquier madre de un niño con autismo!”, explicaba esta madre feliz que le ha cambiado la forma de pensar a la mía.

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