Hay que apoyar a las pequeñas y medianas empresas españolas y hay que hacerlo más que en ningún otro momento de la Historia. Seguro que habéis escuchado ese discurso en muchas de las tertulias y debates políticos del momento, pero la realidad es que esa ayuda debe llegar ya. Constituyen una buena parte del tejido empresarial de este país y la situación histórica en la que nos encontramos nos obliga a no dejar de lado ni mucho menos a este tipo de entidades. Y es que, a la problemática surgida a raíz de la evolución del coronavirus, se suma la transformación tecnológica que vive nuestra sociedad y que nos obliga a mantenernos al tanto de las nuevas aplicaciones y desarrollos digitales.
Lo que hemos comentado en ese primer párrafo supone un reto de dimensiones enormes para las pymes españolas y también para las pequeñas empresas de todos los países de este mundo. Si ya supone un reto para las empresas grandes, imaginaos lo que puede suponer para las pequeñas. Y es que el nuevo entorno tecnológico en el que se desenvuelve esta sociedad está haciendo que cambien cosas que teníamos interiorizadas a una velocidad de vértigo. Asumir esos cambios es complicado y, en la mayoría de los casos, contar con ayuda externa es la mejor manera de gestionar algunos asuntos.
Es en ese contexto donde se erige la figura de una asesoría o gestoría, que está siendo el elemento de apoyo para todos esos pequeños emprendedores que han visto cómo muchos de los trámites a los que ya estaban acostumbrados han cambiado su gestión para ser tratados únicamente de manera online. En lugar de acostumbrase a una nueva manera de hacer las cosas, es preferible delegar algunas acciones para ganar tiempo en otro terreno de nuestra actividad. De lo contrario, el volumen de trabajo podría irse de nuestras manos.
Hay que tener en cuenta que, como apuntaba un artículo que fue publicado en el portal web Muy Pymes, más de la mitad de las empresas españolas son pymes que ni siquiera cuentan con asalariados, que solo están compuestas por una persona. Es imposible asumir todas las obligaciones con las que tiene que cumplir una empresa en estas condiciones y si también tenemos en cuenta que muchas de estas empresas no tienen la posibilidad en materia económica de contratar a una persona, se hace lógico pensar en la necesidad de contar con la ayuda de una gestoría o asesoría. Máxime si los trámites a los que estábamos acostumbrados ahora han cambiado para pasar a ser íntegramente online.
Esta situación está provocando que aumente, año a año, el número de asesorías y consultorías en España. Lo dice una noticia que fue publicada en el portal web Área de Pymes que asegura que, en el año 2014, eran 61.222 las entidades de este tipo con las que contábamos en España, mientras que cuatro años más tarde ese número había ascendido hasta las 67.991 unidades. Son datos que hablan por sí mismos. Estos servicios están muy demandados y es que los cambios que se están produciendo en nuestro entorno son los responsables de que esto funcione así.
La tecnologización de la sociedad está haciendo que haya muchos pequeños empresarios que necesiten ayuda de cara a la nueva manera de gestionar algunos trámites de índole laboral, fiscal o jurídica. No cabe la menor duda de que eso hace más necesarias que nunca a entidades como lo son las gestorías o asesorías, que tienen un valor más importante que nunca para las pymes españolas, algo que se demuestra con los comentarios de algunos de los profesionales de la Gestoría Toledano, que nos han asegurado que ahora son muchos más los clientes de los que dispone su entidad precisamente por los motivos que os hemos comentado.
El coronavirus aumenta la dependencia de las pymes sobre las gestorías
Al principio de este artículo os hemos hablado de la influencia del coronavirus en la actualidad de las pymes españolas. Es evidente que la pandemia nos ha afectado a todos y todas, pero a las pymes les ha obligado no solo a cerrar sus puertas en muchos casos, sino también a estar más pendientes que nunca de los nuevos trámites que hay que cumplimentar para beneficiarse de las ayudas del Gobierno sin las cuales hubiese sido completamente imposible que siguieran adelante.
Es evidente que el apoyo de los profesionales de una gestoría es una salvaguarda muy grande para las empresas que son pequeñas y cuyo dirigente no puede asumir la totalidad de las funciones de las que es responsable. Sin este tipo de ayudas, la vida sería muy difícil para las pequeñas empresas y, teniendo en cuenta el número de estas en una sociedad como la española, la vida sería mucho más complicada en materia económica para el resto del país.