Si hay un sector que ha sabido amoldarse a las nuevas tecnologías, ha sido el del vino. Y eso que se puede pensar que una bebida con tanta tradición se hubiera estancado. Y es que cuando pensamos en vino a todos se nos viene a la cabeza que estemos hablando del vino del pueblo, ese que se vendía en chatos e incluso en botellas que llevabas a tu abuelo. Pues bien, lejos de todo eso, ahora mismo España vive una revolución en cuanto a su producción.
Antes de comenzar con la práctica, vamos con algunos datos técnicos para contextualizar de lo que estamos hablando. En España hay cerca de 4.133 bodegas (2020), de las que 3.536 son exportadoras. Además, nuestros vinos se venden en 189 países de todo el mundo. Nuestra producción media anual de vino y mosto es de entre 40 y 42 millones de hectólitros (40,5 millones en 2022), lo que nos convierte en el tercer productor mundial. Además, generamos empleo en las bodegas y en el campo, pero también en la industria auxiliar, en la hostelería, en el turismo,… El sector del vino genera y mantiene 427.700 empleos (2’4% del total en España).
Aunque el dato que más nos gusta y con el que nos quedamos es el de que se estima que el sector ha invertido de media, en el último lustro, entre 170 y 180 millones de euros al año en proyectos de I+D+i. Y es esto lo que nos diferencia del resto de los países, seguimos creciendo porque seguimos invirtiendo. Y ahora queremos hacer un resumen de algunos productos donde se puede comprobar esta inversión. Vamos a ver cómo se ha montado un negocio alrededor del vino lleno de innovación.
Enfriadores de copas
Los escarchadores o enfriadores de copas permiten enfriar de forma espectacular y eficiente la cristalería en segundos, evitando el goteo de copas y vasos, así como la descongelación de los hielos. Y es que utilizar otro tipo de métodos para enfriar la cristalería puede provocar cambios en el aroma o el sabor de la bebida ya que el hielo, al derretirse, puede «aguar» la copas, el refresco o cualquier otro tipo de bebida. “Estos enfriadores de copas para hostelería permiten al hostelero servir una copa de vino blanco para aperitivo a la temperatura idónea de un modo cómodo y sencillo”, nos comentan desde Giona Company.
Dispensador de vino por copa
Este invento ha supuesto una revolución en el mundo del vino. El uso de dispensadores de vino por copas te permitirá tanto controlar la temperatura de los vinos como preservarlos de la oxidación, ya sea con gas argón o con nitrógeno. Cada vez que sirva una copa, ésta tendrá exactamente la misma calidad que una botella recién abierta, manteniendo todas sus características unas 3 semanas. Sin duda, un gran invento en todos los sentidos.
Vinotecas
Las vinotecas son un clásico, pero en este caso también han sabido amoldarse a los nuevos tiempos. Ahora se dispone de vinotecas pequeñas con capacidad inferior a 50 botellas de vino y de vinotecas más grandes con capacidad de hasta 300 botellas. Se cuenta con modelos que van desde las vinotecas baratas más sencillas con refrigeración termoeléctrica, a las vinotecas más sofisticadas que incorporan sistemas de refrigeración por compresor, preservación y dispensación de vino por copas.
Copas
Las propias copas también han tenido una gran evolución. Y es que no es lo mismo beber un buen vino en una copa de hace años que hacerlo en las de ahora. Ahora las copas de vino pueden ser personalizadas con el logo, dibujo o nombre que desee. También tienes copas de vino personalizadas.
Cubiteras
Las clásicas cubiteras también han vivido un cambio. Ahora puedes comprar cubiteras de hielo realizadas en acrílico o acero inoxidable de alta calidad, en varios colores y formas, de diseño clásico o vanguardista y de diferentes capacidades que permiten ser personalizadas a gusto del consumidor. Pero la innovación ha llegado hasta el punto de poder comprar cubiteras de hielo originales con pie, para poder integrar la botella en la cena sin necesidad de posarla sobre la mesa de los comensales.
Como has podido ver el vino contribuye a nuestra imagen país, tenemos un sector responsable y sostenible, con su entorno y con las personas que nos rodean; es motor de desarrollo en muchos pueblos y ciudades pequeñas de nuestra geografía, vertebra el territorio y ofrece empleo de calidad; es símbolo de tradición pero también es puntero en innovación e investigación, como te hemos demostrado.